Mahoma proclama repetidamente ser "como misericordia para todo el mundo" (21, 107),
mensaje del mundo espritual:Mahoma - 12 de agosto, 1997
Mahoma tiene su lugar un poco distante del Espíritu Santo de Dios. No es ni el Mundo Espiritual medio ni el Paraíso, aunque tampoco era el Infierno. Si fuese en la Tierra, podría llamarlo por el nombre de la región, pero aquí es muy difícil de expresarlo. En pocas palabras, es un lugar mucho más elevado que el Infierno pero no era tan bueno si lo comparamos con el Paraíso.
Verdaderamente tuve muchas dificultades en el camino hacia su encuentro, porque a Mahoma no le gusta exponerse fácilmente ante otros. Por ello, el lugar de nuestra entrevista tampoco era claro. Nos encontramos en un lugar parecido a un sótano oscuro.
Me preguntó cual era el motivo por el cual había venido a encontrarlo. Después de presentarme le dije: "¿Acaso Mahoma no es una persona a la cual cualquier persona en la Tierra quisiera encontrar y sobre la que se intriga? Vine a verlo porque yo también quería encontrarlo". Después de pensar largamente, comenzó a abrir sus labios: "Tanto cuando vivía con un cuerpo físico como ahora que vivo sin él, estoy en un lugar que no merezco. Sé que Dios me envió aquí para que me dé cuenta de lo equivocado que viví en la Tierra. Estoy profundamente arrepentido y quiero pedir disculpas a Dios por haberle causado preocupaciones. El estar morando aquí en este lugar es obra del cuidado de Dios. Estoy agradecido por haberme enviado por lo menos aquí".
Continuó diciendo: "De las teorías que estudié acerca de Dios cuando estaba en la Tierra, con un cuerpo físico, pensé que la mía era la más sistemática y detallada, que ninguna se comparaba con ella; sin embargo ahora no sabe cuánto me avergüenza. No puedo levantar la cabeza ante Dios. Ya que vino hasta aquí, antes de irse dígame todo lo que quería decirme", me rogó. Me encontré cuatro veces con este hombre; lo hice para comprender más claramente su pensamiento. En dos ocasiones le presenté una parte del pensamiento y del principio de unificación, y le hablé del Maestro Sun Myung Moon, y estuvo realmente maravillado y lo recibió muy bien.
El ya conocía bien al Padre Verdadero; agregó que estaba anhelando enormemente que el Reverendo Moon venga al Mundo Espiritual. Cuando le pregunté por qué; me respondió que sabía que a través del Padre Verdadero, Dios había establecido las leyes del Mundo Espiritual y abierto el camino de la liberación de los seres espirituales. Le pregunté: "¿Cómo lo supo?" y me dijo que le fue presentado en varios seminarios realizados en el Mundo Espiritual.
Su vestimenta lo cubría de la cabeza a los pies, exponiendo muy poco de su piel. Su carácter de todos modos era el de un fundador religioso, con un aspecto majestuoso. Se veía muy diferente del carácter de Buda o del de Confucio. Alrededor de Mahoma había mucha gente de vestimentas y viviendas de menor nivel que el Paraíso o el Mundo Espiritual Medio. El vestía en su cabeza un turbante, así como vemos a los árabes usarlo en la Tierra.
La mayoría de las personas de la esfera arábiga de este lugar, evitan contacto con la gente. Si uno los mira, giran su rostro. Después de pensar: "¿Por qué será?", se lo pregunté, pero no responden fácilmente; acaso lo harán para ocultar su vergüenza, sabiendo que yo estoy viviendo en un buen lugar.
La vida a su alrededor se veía dificultosa, ardua. No había ira, ni envidia, ni llanto como entre quienes están en el fondo del Infierno, pero se reflejaba plenamente en sus rostros su vida sufrida.
Si bien Mahoma por un lado se alegraba de que yo fuera allí a verlo, por otro lado parecía sentirse avergonzado. Siempre me trataba con un rostro embarazoso. Mientras estuve aquí, nunca vi que Dios lo llame; tampoco vi que le pidiese algo.
Mahoma ha reconocido el inmenso amor de Dios, y por un lado siente pena, pero nunca lo vi hacer una gran reverencia ni devoción a Dios, como lo hacen Confucio o Buda; tal vez lo hace cuando nadie lo ve. Este hombre no se veía solitario como Buda, ni su rostro lucía dócil como el de Confucio. Reflexioné sobre la voluntad de Dios, pensando en cómo un enorme líder de toda la esfera islámica podía estar en este lugar del Mundo Espiritual.
El hombre fue creado para vivir con bondad, poseyendo una naturaleza que busca la bondad, a semejanza del amor de Dios; sin embargo parece que Mahoma, en vez de buscar naturalmente el amor y la bondad, ha sido un opresor autocrático. El servir a Dios tiene que brotar automáticamente de la naturaleza original del corazón. Una fe que se infunde a mucha gente por un método opresivo y cruel, no pasa de ser una formalidad.
En medio de un círculo dictatorial, una fe que es arrastrada para sobrevivir, es una opresión de la naturaleza original humana. El hacer servir a Dios por un método opresivo es una manera de liderazgo que obliga a un mero formalismo. Siento que al ser un método muy lejano a la situación de Dios, no puede estar en otro lugar sino ése.
Mahoma espera, deseando sinceramente que los árabes en la Tierra encuentren al verdadero Dios, pero es algo realmente difícil, por más que lo intenten. Debería tener la cooperación y la oración de la gente de la Tierra para que se le abra el camino hacia Dios; pero al no haber algo así... Por lo que a Mahoma le gustaría muchísimo que la gente de las regiones árabes participe de la Bendición y oren por él.